Empecé terapia con Tatiana porque no me gustaba mi reflejo, sentía que la persona que veia proyectada en el espejo no era yo. No puedo estar más contenta con su asesoramiento, me he aceptado tal y como soy, con mis luces y mis sombras. He conseguido bajar la voz de mis complejos e inseguridades. Ahora me reconozco y me quiero. Con las herramientas que me ha facilitado por fin soy yo misma, me siento empoderada y me creo lo que valgo.  Decidí ir a terapia con Tatiana por el método que usa, no tan convencional como otros. Utilizar música, acuarelas, colores, fotografía, instrumentos y escuchar a tu cuerpo, me ayudó a conocerme bien y cada sesión fue un descubrimiento.

Uno de los mejores momentos fue cuando mi espalda empezó a cantar. He tenido un gran dolor por muchos años y este ha desaparecido. No sé por cuánto tiempo, pero realmente ahora me siento libre.

Sentí cómo mi efervescencia surgía desde dentro. Este proceso ha cambiado mi vida y continúa haciéndolo, enfrentando mi timidez y mi vergüenza. He dejado de preocuparme por lo que los demás piensan de mí. Me siento realmente agradecido con Tatiana porque experimento libertad.

El proceso es como una metáfora, como la de la serpiente que deja ir su vieja piel y se queda desnuda y vulnerable. En realidad, ella sabe que su nueva piel tomará mucha más forma y fuerza. El proceso con Tatiana me ha ayudado muchísimo a abrir mis sentidos y a devolverme el gusto de saborear, oler y escuchar la vida.

Poco a poco, el peso, la bola negra que sentía en mi tórax, se ha ido y ha dejado espacio para que mi arte se exprese. El proceso ha significado mucho para mí. Es como si hubiera hecho clic de '¡Esta soy yo!'. Como si al poder expresar lo que me bloquea, ha nacido algo hermoso dentro de mí. Me siento revivir.